Por ejemplo, puedes freír huevos revueltos con carne picada o preparar un sándwich de pan integral con huevo y aguacate. Añade una fuente de fibra al plato – pepinos, tomates, hierbas, legumbres en conserva – y tendrás todo lo que necesitas.
Cuajada y yogur
Ambos productos contienen suficientes proteínas y grasas. También puedes añadirles fruta y frutos secos, como fuente de fibra, vitaminas y carbohidratos de bajo índice glucémico.
Gachas con carne o huevos
Algunos cereales como el trigo sarraceno, las perlas, los copos de avena, el arroz integral o rojo y el mijo tienen un índice glucémico bajo y aportan suficiente fibra y vitaminas.
Es cierto que son bajos en proteínas y en grasas. Para añadir estos macronutrientes a tu desayuno, tendrás que preparar gachas con carne o al menos hervir un huevo con ellas. Puedes cocinar algo interesante por la noche, para poder calentarlo más tarde.
Si no te apetece comer por la mañana, pero pretendes convertir el desayuno en un hábito, prueba con batidos de proteínas caseros. Beber uno de ellos es mucho más fácil que meterse huevos o gachas de avena y carne en el estómago.