«Una vez que se ha entrenado al cerebro para responder eficazmente a los sonidos, sigue haciéndolo incluso cuando se han dejado las clases de música», afirma Kraus. – «Cuanto más tiempo se toca un instrumento musical, más se desarrolla el cerebro.
También puede proteger contra la pérdida de audición. La audición de todo el mundo se deteriora con la edad. Según las investigaciones, a los músicos les resulta más fácil analizar las palabras de un interlocutor en un entorno ruidoso.
«Los adolescentes de nuestro estudio mostraron cambios biológicos en el cerebro tras dos años de clases regulares de música», afirma la profesora Nina Kraus.
¿La musicoterapia ayuda a tolerar las dificultades?
Los musicoterapeutas utilizan el ritmo y la melodía para ayudar a las personas a recuperar capacidades perdidas a causa de lesiones cerebrales o trastornos del desarrollo. Por ejemplo, las personas que han sufrido un ictus no pueden hablar, pero pueden cantar la letra. Y escuchar música juntos puede ayudar a entablar relación con un familiar que sufre demencia.
Investigadores de la Universidad de Indiana utilizan la musicoterapia para ayudar a niños y adolescentes con cáncer. Por ejemplo, en una experiencia, ayudaron a los pacientes a escribir letras y grabar vídeos musicales sobre lo que más les importa.
«La musicoterapia les ayudó a ver sus puntos fuertes y a encontrar formas de afrontar la enfermedad y reforzar su vínculo con la familia y los amigos», explica Sheri Robb, musicoterapeuta e intervencionista conductual.
Mientras los científicos siguen estudiando los efectos de la música en el cerebro, prueba a añadirla a tu vida. Mejorará tu estado de ánimo, reforzará las relaciones con los demás e incluso aliviará los síntomas de la enfermedad.
«Trate la música del mismo modo que haría ejercicio o dieta», aconseja Nina Kraus. – Para notar los beneficios, escúchela con regularidad. Nunca es tarde para añadir música a tu vida».